MAESTROS DE CASTELLANO: UN DESAFÍO TITÁNICO.Por: Rosiris Herazo Dilson.
Ser docente del área de Lengua Castellana implica involucrarse en un proceso inacabado, en el que de manera constante se crece y se innova gracias a retos como el de formar hábitos de lectura en los educandos, lamentablemente esta hermosa costumbre actualmente ha pasado a un segundo plano en el interés de los niños y niñas aprendices de la era digital, lo cual irónicamente contraste en un mundo globalizado donde el poder lo tiene quien tenga el conocimiento pues el desarrollo de nuevas tecnologías y avances científicos han logrado catapultar a los jóvenes de hoy a la llamada sociedad del conocimiento. Aspectos como este y el de la producción e interpretación textual se han convertido en problemáticas tan graves que se evidencian dentro y fuera del aula de clases.
Desde la anterior perspectiva, conviene resaltar, la importancia que tiene el lenguaje en la conformación de una comunidad, Alejandro Castro Barón en su obra el libro del lenguaje 5 afirma: “La cultura lingüística contribuye a estructurar la sociedad, acompaña su historia y forma parte de su identidad. El lenguaje posibilita los intercambios y la interacción social y a través de ellos regula la conducta propia y ajena”. He aquí la razón fundamental de tener en los colegios docentes competentes en el área de castellano porque en ellos recae la responsabilidad de promover, orientar, animar y desarrollar estrategias conducentes a lograr en los estudiantes el pleno desarrollo de sus competencias comunicativas.
La lectura y la escritura son consideradas actividades cognitivas en las que intervienen factores diversos como el socio-cultural, el político y hasta las emociones, es decir, siempre va a existir una relación de interacción entre el lector y el escritor desde una perspectiva social, cultural, política e ideológica, puesto que cada lector tendrá su propia postura con respecto a lo que propone el autor. Al respecto Humberto Eco dice: “Por tanto, actos de leer y escribir van más allá de la simple decodificación, alcanzando niveles de interpretación y producción interactiva de sentido”[1].
En tal panorama, es importante reconocer la labor del docente mediador, ya que al ser la persona que aplica su saber pedagógico para facilitar, orientar, colaborar y motivar el proceso de aprendizaje se convierte en un ente clave para los estudiantes y por ende su actuar no debe limitarse a la simple transmisión de conocimientos sino que debe ir más allá de los limites estrictamente académicos.
Del anterior planteamiento se desprende el gran desafío que tienen los docentes del área hoy por hoy al estar frente a sus estudiantes y lograr que estos se involucren y se enamoren de la lectura de cualquier tipo de texto para así poder abordar los niveles de comprensión lectora. Atendiendo a esta necesidad se hace imperante que el docente de castellano trabaje en los discentes hábitos de lectura de forma lúdica y progresiva sin que ellos sientan que es una obligación, de esta manera empezarán a divertirse leyendo y sin darse cuenta mejorarán sus habilidades comunicativas y sobre todo adquirirán una mayor comprensión textual.
Es conveniente aclarar que cuando se presentan falencias en el proceso de comprensión lectora se producen deficiencias, también, en todo el proceso de aprendizaje escolar debido a la transversalidad de los currículos y es precisamente este factor el que exige tener maestros altamente capacitados y en constante actualización tanto de su saber disciplinario cómo en el de su formación y vocación pedagógica ya que esto determina el éxito del proceso que se inicie con los estudiantes.
Para cerrar el presente documento no se debe olvidar que de la labor realizada en el aula, desde el área de castellano, cada maestro puede generar que sus estudiantes salgan a la sociedad en la que habitan e impactarla positivamente ya que la lectura les amplía sus horizontes y facilita la comprensión y producción de saberes. La invitación entonces es incorporar en las praxis docentes propuestas generadoras de lectura y escritura creativa con sus múltiples facetas, usos, propósitos y materiales.
[1] ECO, Humberto. Lector in Fabula. La cooperación interpretativa en el texto narrativo. Pág., 57. Barcelona.Lumen,1989
rinconlector 